Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, era tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, era tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Resumen.
Cuando somos jóvenes sólo nos importan ciertos temas como buscar el éxito social y vemos la muerte muy lejana. Pero sin embargo, con el paso del tiempo, nos damos cuenta que estos temas que antes no nos importaban cada vez van cobrando más importancia en nuestra cabeza.
Organización de las ideas.
La idea principal es el cambio que experimentan la importancia de algunos temas conforme avanza el tiempo. Esta idea está seguida de otras que son secundarias como:
- La juventud ve muy lejana a la muerte.
- Los jóvenes comienzan a vivir con unas ilusiones que irán perdiendo a lo largo de la vida.
- La vida se reduce a envejecer y morir.
La estructura es inductiva debido a que la tesis se sitúa en la última estrofa en la que el poeta reduce toda la vida a envejecer y morir.
Comentario.
Jaime Gil de Biedma, escritor de la Generación de los 50, se considera autor jundamental dentro de su generación y ocupa un lugar destacado en el panorama de la literatura española del siglo XX. Poetas de gran relevancia en su generación y en las siguientes, como Ángel González o Guillermo Carnero, han estudiado su obra, lo que da un claro indicio de la vigencia de su obra dentro de la poesía española más viva. Este poema forma parte de un conjunto titulado Poemas Póstumos, escrito por el autor en 1968.
Este poeta se caracteriza por expresar en sus textos la angustia por el paso del tiempo, tal y como ocurre en este poema, en el que reduce la vida a envejecer y morir. El autor refleja que los jóvenes comienzan a vivir con unas ilusiones que irán perdiendo a lo largo de la vida. La muerte es algo que vemos muy lejano de jóvenes y por lo tanto no le echamos cuenta, pero con el paso del tiempo se va acercando, y es la única realidad de la vida.
Pero sin embargo, no creo que las ilusiones se vayan perdiendo, sino que maduramos y por lo tanto las ilusiones cambian. De jóvenes podemos estar ilusionados por triunfar en nuestro futuro trabajo, en el aspecto sentimental... pero cuando seamos adultos y todas esas ilusiones se hayan ido cumpliendo, volverán a cambiar, y así sucesivamente, es algo que siempre está en un continuo cambio.
No deberíamos temer a la muerte, sino asumirla como algo que nos va a suceder a todos. Por eso mismo, no tenemos que pensar ni el pasado porque ya no hay remedio, ni en el futuro porque aún no ha llegado, tenemos que vivir el presente, disfrutar cada segundo y saber valorarlo, porque la vida se acaba en un plis-plas.
Cuando somos jóvenes sólo nos importan ciertos temas como buscar el éxito social y vemos la muerte muy lejana. Pero sin embargo, con el paso del tiempo, nos damos cuenta que estos temas que antes no nos importaban cada vez van cobrando más importancia en nuestra cabeza.
Organización de las ideas.
La idea principal es el cambio que experimentan la importancia de algunos temas conforme avanza el tiempo. Esta idea está seguida de otras que son secundarias como:
- La juventud ve muy lejana a la muerte.
- Los jóvenes comienzan a vivir con unas ilusiones que irán perdiendo a lo largo de la vida.
- La vida se reduce a envejecer y morir.
La estructura es inductiva debido a que la tesis se sitúa en la última estrofa en la que el poeta reduce toda la vida a envejecer y morir.
Comentario.
Jaime Gil de Biedma, escritor de la Generación de los 50, se considera autor jundamental dentro de su generación y ocupa un lugar destacado en el panorama de la literatura española del siglo XX. Poetas de gran relevancia en su generación y en las siguientes, como Ángel González o Guillermo Carnero, han estudiado su obra, lo que da un claro indicio de la vigencia de su obra dentro de la poesía española más viva. Este poema forma parte de un conjunto titulado Poemas Póstumos, escrito por el autor en 1968.
Este poeta se caracteriza por expresar en sus textos la angustia por el paso del tiempo, tal y como ocurre en este poema, en el que reduce la vida a envejecer y morir. El autor refleja que los jóvenes comienzan a vivir con unas ilusiones que irán perdiendo a lo largo de la vida. La muerte es algo que vemos muy lejano de jóvenes y por lo tanto no le echamos cuenta, pero con el paso del tiempo se va acercando, y es la única realidad de la vida.
Pero sin embargo, no creo que las ilusiones se vayan perdiendo, sino que maduramos y por lo tanto las ilusiones cambian. De jóvenes podemos estar ilusionados por triunfar en nuestro futuro trabajo, en el aspecto sentimental... pero cuando seamos adultos y todas esas ilusiones se hayan ido cumpliendo, volverán a cambiar, y así sucesivamente, es algo que siempre está en un continuo cambio.
No deberíamos temer a la muerte, sino asumirla como algo que nos va a suceder a todos. Por eso mismo, no tenemos que pensar ni el pasado porque ya no hay remedio, ni en el futuro porque aún no ha llegado, tenemos que vivir el presente, disfrutar cada segundo y saber valorarlo, porque la vida se acaba en un plis-plas.
Un gran poema, uno de los mejores de Gil de Biedma. Como para aprender mucho de él e incluso comprender mejor su agitada y cosmopolita vida que devino enfermedad incurable, tal el VHI. Poco antes de su muerte pude intercambiar con él unas palabras. Era, ya en su postrer momento, un hombre culto y vitalista.
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